¿Hasta que punto vale la pena esforzarse por un algo que se anhela en lo más profundo? ¿Hasta donde es cuerdo intentar buscar más allá? ¿Cuando es tiempo de darse por vencido y dar un paso al costado? Interrogantes varias que miran de reojo a una sociedad cansada.
Estrés, la enfermedad crónica de la sociedad moderna, la nueva pandemia que ha venido a quedarse hasta que algún sensato logre dar con algún tipo de solución. Todos estamos afectos a ella y quien no la haya padecido puede parecer un ser de otro tiempo, de esos que quizá fueron mejores. Pero, ¿qué tiene que ver esto con luchar por algo? Según mi terca y retorcida visión, el estrés conduce a un estado de ánimo nefasto que insiste, cual sanguijuela, en succionar toda la sangre de su huésped hasta dejarlo en un estado casi catatónico, un muerto viviente que deambula por la vida sin sentido. Estado de ánimo nefasto.. nefasto. Mal humor, ira, cansancio todo conspira para cuestionarnos gravemente cosas que, hasta unos días antes de caer en este estado, no se pensaban tocar.
No tenemos ganas de seguir luchando por algo importante porque estamos cansados; no tenemos ganas de seguir peleando por lo que nos parece justo porque "no tenemos ánimo"; no queremos seguir intentándolo porque simplemente no hay fuerzas para hacerlo. Entonces retomo el comienzo ¿hasta cuando? Puede parecer una pregunta bastante absurda porque quizá el lector diga "simple: cortar por lo más sano" cuando realmente esa es la decisión más difícil: cortar lo sano. ¿Qué es lo sano? ¿Sale alguien beneficiado/perjudicado? Perjudicado evidentemente será aquél necio que no siga peleando por lo que anhela (aunque en un principio no lo vea así). Claramente nuestros anhelos, deseos estarán ahí esperando intocables hasta que de una vez por todas nos abandone el huésped maldito, esperando a que despertemos del letargo idiota de la que se hace llamar "sociedad moderna". Entonces ¿cómo despertar? Dificil por cierto es, lograr despertar de un letargo que nos mantiene sumidos, cual Matrix, en un mundo visto como ideal y que cada día que pasa nos idiotiza más y más.
Finalmente es el deseo interno, la convicción de que se puede lograr un objetivo y que trabajando en pos de ello , la convicción de que poseemos una energía interna que nos llevará a conseguir nuestros anhelos y mucho más. Y es aquí cuando por segunda vez vuelvo al inicio: "¿Hasta cuando?"
VALE la pena seguir hasta lograrlo. Animo hueon-gueon-weon
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